"He visto e interactuado a lo largo de
años con personas inteligentes, brillantes, excelentes profesionales y
expertos en su respectiva tarea, que me han consultado al sentirse
atrapados, desmotivados y con sentimientos de incompetencia ante
circunstancias difíciles o alternativas riesgosas. Uno de mis primeros
interrogantes como coach es preguntarles cómo se veían en sus inicios
profesionales, qué sueños tenían. Muchas veces observo como un fuego
sagrado, ojos que se iluminan como brasas de ilusión. Y pienso: '¡Eso no
se perdió! ¡Está! Casi apagado... ¡pero está! El conocimiento, la
pasión, aún perduran.' Se trata entonces de recordar; por ello, en una
primera definición poética y espiritual defino al coach como un soplador
de brasas. Como un socio facilitador del aprendizaje, que acompaña al
otro en una búsqueda de su capacidad de aprender para generar nuevas
respuestas a situaciones que enfrenta en los diversos ámbitos de su
vida."
Leonardo Wolk.